martes, 8 de marzo de 2011

EL AMOR POR INTERNET - PELIGRO

El peligro del amor por Internet es que puede ser sólo una ilusión.


La ilusión es una percepción falsa, una imagen o representación que no coincide con la realidad. Proviene de la imaginación o por engaño de los sentidos.
Difiere del error, ya que la ilusión persiste después de ser reconocida como inexacta o falsa, pudiendo provocar los mismos sinsabores que suelen producir los verdaderos hechos de la realidad.
Para el filósofo Kant, la ilusión no es producto del objeto sino del juicio que hacemos sobre él.
Podemos inferir por lo tanto que la ilusión es una elaboración subjetiva que hace que una persona perciba lo que quiere y no lo que realmente es, en virtud de necesidades internas.
El fenómeno de Internet ha abierto un canal propicio para aquellos corazones solitarios que aspiran a vivir ilusiones, porque en el fondo temen enfrentar la realidad y principalmente el contacto físico.
La era virtual crea un intermediario que no juzga, no condena, no siente, pero que permite un acercamiento audiovisual, sin contacto.
El hombre moderno está perdiendo sus sentidos de tacto y olfato, y en su lugar ha multiplicado el uso de sus facultades auditivas y visuales.
Los teléfonos celulares reemplazan también el contacto físico y aunque son propicios para mantener una comunicación más fluida, no favorecen las verdaderas relaciones humanas.
La televisión, los videos juegos, los DVDs reemplazan las vivencias y el ser humano comienza a crear el hábito de conectarse con la realidad a través de un aparato.
El hombre es un ser social y no puede vivir aislado; porque sin el otro no podría llegar a tener conciencia de si mismo, sin embargo, cada vez más la gente vive en estado de aislamiento.
El aislamiento es diferente de la soledad, es el sentimiento de no pertenencia, de no formar parte, y ese sentimiento es el que aliena.
Alienarse significa perder la identidad, no saber quien uno es, para qué existimos y cual es el propósito de nuestra vida.
Es probable que algunos se hayan podido conocer por Internet y que incluso hayan logrado concretar una relación satisfactoria, pero también existen muchos que han sido engañados y estafados.
Porque un medio como Internet se presta al engaño y a la falsedad; porque es una tentación difícil de vencer, es la oportunidad de vivir un “como si” como en el teatro, y atreverse a actuar distintos personajes y hasta diferente sexo.
Un anciano puede ser joven otra vez y un adolescente puede hacer creer que es un adulto mayor de edad.
Pero aunque no sea lo mejor, cuando algunas necesidades no están satisfechas, una salida elegante sin tener que enfrentar el riesgo del rechazo, es defenderse poniendo una computadora en el medio.
En estos casos, una vez que se ha producido un contacto aceptable, una buena forma de evitar ser engañada y de no perder el tiempo, es acelerar la concertación de una cita para conocerse personalmente.
Si el interlocutor o interlocutora se empeñan en postergarla y no se definen en un plazo más o menos breve, es probable que se trate de farsantes que sólo se están divirtiendo.
Estas desilusiones suelen afectar a los jóvenes casi tanto como la pérdida de una relación real, porque los seres humanos tendemos a construir castillos en el aire y a aferrarnos a ideales.

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